Siempre he pensado que tengo a los peores vecinos a los que una comunidad puede aspirar, ya sabéis, tengo de todo: el vecino cotilla, el falso buen rollista que te apuñala en cada reunión, el quejica, el insalubre cerdo que acumula mierda en su casa, los inmigrantes que utilizan su piso para dormir 5 familias, el "asesino en serie" que no sale de su sucio agujero, la que juega a canicas mientras se pasea por todo el piso con tacnones del 15 (Dios, ¿de dónde coño sacan esas canicas en pleno siglo XXI?)... vamos que, sólo nos falta el burdel patera y cantamos para bingo.
Pero el caso es que de vez en cuando algún amiguete me pasa ejemplos de que, "en el fondo" lo mío es la Rue del Percebe 13 y no deja de ser un mero chiste si tenemos en cuenta las limitaciones mentales de los interlocutores a los que me enfrento cada día. Y es que, supongo, que cada vecindario es un mundo y todos tenemos al chalado de turno en la escalera (pensé que amí me habían tocado todos).
Parece ser, que a Ángel, al vecino del bajos 3ª (que además es el vicepresidente) le tienen manía el resto de vecinos y le roban los adornos de Navidad tan chulos que pone en la puerta, que también hay que ser cutre oiga. Que está rodeado de chorizos y/o graciosos y que ya se le están hinchando los huevos... ¿quién no tiene vecinos así, verdad? En fin, que mola el tal Ángel, y nada, que desde aquí le decimos al chorizo gracioso pues eso, que vuelva a dejar los adornos en su puerta hombre, que al vicepresidente le hace ilusión y no queremos que tenga una Infeliz Navidad. Cojones ya!