Hace ya un tiempo que publicamos algo similar sobre el tema de la calidad Lidl y el pozo sin fondo de gazapos con los que nos obsequian cada vez que pisamos este tipo de supermercados de la cadena alemana. Y es que después de la cagada sobre el pepino español y el brote de E. Coli, las bananas rellenas de cocaína y la mozzarela que nunca caduca, nos da pereza pensar en los estrictos controles de calidad que pasan sus productos. Vamos, que me imagino al "Manolo de turno siesteando todo el puto día".
Con el tema de la leche pasa algo similar, y es que al popular eslogan "No se engañe, la calidad no es cara", le ha salido una coletilla "... y una mierda". Según el estudio realizado por la OCU sobre la calidad de la leche, éste sitúa a una de sus marcas (Finessa) entre lo peor de lo peor, a sólo 9 puntos de ser recomendada como "No comprar por su baja calidad".
Ya lo decía un amigo mío... cuidao, que los calvos no son de fiar.
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